• Exresidentes

Dr. Carlos Siri Adema

Decano de la Escuela de Medicina de la UCIMED

“Miravalles fue mi segunda casa” 

Soy de El Salvador y al llegar a Miravalles pronto descubrí que mis amigos extranjeros y algunos que provenían de zonas lejanas de Costa Rica, traíamos en la valija muchos sueños e incertidumbres. Nos unimos bastante para apoyarnos mutuamente: era una época en que la comunicación no era inmediata como lo es ahora. Siempre me sentí acogido y en familia. Había oportunidad para crecer espiritualmente. Logré meter en mi pensamiento la posibilidad de mi santificación por medio de mi labor diaria bien hecha en el ámbito de la medicina.

Miravalles nos aportó organización en nuestras vidas, responsabilidad con nuestros deberes y respeto por los demás, tolerancia al compartir en convivencia. No faltaban los sitios para estudio individual y grupal, hacer deportes en nuestra cancha de fútbol, de vez en cuando darnos una escapada y visitar algún lugar bonito de Costa Rica. También pudimos participar de algunas obras sociales en beneficio de familias de escasos recursos. Las tertulias eran muy divertidas y como éramos de muchos países, los temas eran muy variados.

 

Daniel Chaves Avilés

VP en Citibank de Tesorería Corporativa para Latinoamérica

“En Miravalles aprendí a estudiar”

El ambiente de estudio te penetraba la piel. Yo venía de un colegio público rural –Quepos–, donde la exigencia académica era baja. Llegar a la residencia y ver a todos los otros muchachos con tanta disciplina metiéndole ganas al estudio fue fundamental y me ayudó a nivelarme rápidamente. El mensaje de San Josemaría me acompaña siempre. Todos los días ofrezco a Dios mi trabajo y considero que mi éxito laboral ha sido una linda consecuencia de este mensaje. Si voy a ofrecerle a Dios mi trabajo tiene que ser lo mejor según mis capacidades y hacerlo con amor.

En Miravalles hice amistades para toda la vida, se vuelve como una hermandad. Tantos recuerdos de mejengas de fútbol y básquet, las bromas, las carnitas asadas algún domingo. De anécdotas podría hacer un libro… ¡qué buena época! Las tertulias diarias fortalecían los vínculos de amistad en la residencia y las visitas de invitados fueron súper importantes para complementar la formación académica y los valores. Un recuerdo muy grato que tengo fue de un campamento de trabajo que fuimos a Diriamba, en Nicaragua, a iniciar la construcción de unas aulitas de preescolar. Fue una experiencia que me abrió los ojos y se quedó para toda la vida.

Ing. Frank Moya Martínez

Presidente de Frank Moya & Asociados

“Miravalles realmente fue un hogar para mí”

Miravalles fue algo que Dios puso en mi vida: mi personalidad encontró respuestas positivas a dudas existenciales que tenía de joven. Tengo muchos recuerdos de Miravalles. Hice amistades de por vida y me formé intelectual, cultural y espiritualmente. Las tertulias cotidianas entre residentes fueron ese apego que se tiene solo con una familia.

Me acuerdo especialmente de las tertulias culturales, con personalidades políticas, o del ambiente intelectual de nuestro país. Esas tertulias con personalidades siempre eran súper interesantes. Recuerdo con cariño una tertulia con don José María Figueres y doña Rossana Méndez de la tienda Saúl E. Méndez Costa Rica.

Scroll al inicio